viernes, 18 de octubre de 2013

Hipertensión, remedios naturales y hábitos nutricionales para su control

La hipertensión es un azote en estas últimas décadas, principalmente en la población occidental, con unos hábitos inadecuados de vida para su control (sedentarismo e inadecuada nutrición).
La hipertensión en sí es un problema, pero sobre todo por las consecuencias directas que produce en el resto del organismo, ¿Por qué? Pues porque al circular la sangre por los órganos (corazón, riñones) y por las arterias de brazos y piernas a una mayor presión de la debida puede ocasionarles daños severos. Imaginemos unas cañerías por donde el agua circule o intente circular a mayor presión e intensidad de lo que el sistema esté preparado para soportar.

Si bien es cierto que el tratamiento farmacológico actualmente es necesario para el control de una serie de hipertensiones (llamadas “hipertensiones esenciales”), ocasionadas por problemas en la producción de sustancias necesarias para su equilibrio, hay otros tipos de hipertensión debidas a una mala conducta con respecto a nuestro cuerpo.
Ese es nuestro campo de batalla. Debemos introducir una serie de normas dietéticas y nutricionales que ayudadas de unos remedios naturales muy eficaces, nos permitirán combatir y a regular nuestra presión arterial alta.

Primer paso: ¿En qué vamos a controlar nuestra alimentación?

La manzana es hipotensora, que la convierte en una buena aliada para rebajar la presión sanguínea en casos de hipertensión.
Normas generales necesarias a incluir dentro de nuestra rutina alimentaria diaria:
  • Un aumento de la proporción del calcio en nuestra dieta
  • Un incremento del consumo del potasio
  • Una reducción del consumo de nuestro nivel de sal
  • Una reducción del consumo de alcohol (recientemente se ha comprobado que no existen razones para pensar que un consumo moderado –el clásico vaso de vino diario- protejan o reduzcan la presión arterial)
  • Controlar la dieta es fundamental: sobretodo en enfermos con sobrepeso u obesidad. Para esto hemos de optar por dietas con bajas calorías (hipocalóricas):
    • Eliminar dulces, cremas, bollería industrial, galletas, salsas, chucherías…
    • Reducir las grasas saturadas (embutidos, carnes grasas, quesos grasos o curados, nata o leche entera).
    • Aumentar verduras, hortalizas, frutas, legumbres y cereales. preferentemente integrales (alimentos ricos en fibra y bajos en azúcares).
    • Consumir aceite de oliva entre 30 a 40 ml al día (o aceite de semilla de Moringa en menor proporción, más difícil y caro de conseguir en el mercado occidental)
  • Reducción de peso. Reducir la presión arterial (se reduce un punto por cada kilo rebajado), y reduce las necesidades de medicación en hipertensos bajo tratamiento farmacológico.

 ¿Cómo aumentar el consumo de calcio?
El brócoli tiene un alto contenido en vitamina C y fibra alimentaria; también contiene múltiples nutrientes con potentes propiedades anti-cancerígenas.
Dado que no nos interesa subir de peso o ingresar grasas en el organismo, nos vamos a centrar en el consumo de:
  • Verduras y hortalizas: Espinacas, col rizada, cebollaberro, cardo, acelga, grelos, brócoli, moringa. Es interesante recordar que la moringa (hojas o aceite de semillas) aporta un nivel de calcio del orden de 4 veces superior al de la leche.
  • Legumbres: Judías blancas, garbanzos y lentejas.

¿Cómo aumentar el consumo de potasio?
El plátano es rico en fibras, carbohidratos, potasio, vitamina A, vitamina C y triptofano
Hemos de consumir al menos 2 – 3 piezas de fruta (banana o plátano) al día para optimizar nuestra presión arterial
Mas también el consumo de Moringa oleífera aporta un contenido en potasio 3 veces superior al plátano.

Segundo paso: ¿Qué remedios naturales tomar? ¿En qué cantidad?
Consumir aceite de oliva regularmente ayuda tanto para la hipertensión como para otros problemas de salud.
Entre los remedios naturales que podemos emplear para mantener cierto control de nuestra hipertensión se encuentran las siguientes:
  • En el mundo occidental el olivo es conocido por su acción antihipertensiva, su aceite es de consumo muy recomendado. Las hojas pueden prepararse en cocimiento, o bien consumirse el polvo de las mismas en cápsulas. La dosis de ingesta de aceite varía en función de la calidad del mismo.
  • En la medicina india (tradicional y medicina ayurvédica) es muy empleado el aceite de semillas de moringa, paralelo al aceite de oliva e incluso superior. Como en el de oliva, la dosis de ingesta de aceite varía en función de la calidad del mismo.
  • El ajo, además de reducir el colesterol de la sangre, dilata las arterias (imaginemos que nuestras “cañerías” amplían su capacidad) y previene la formación de trombos en las mismas, por lo que reduce la hipertensión. Es preferible consumirlos crudos. La dosisindicada es de un diente de ajo crudo al día. También se puede tomar en forma de cápsulas de ajo.
  • El Ginkgo biloba, es un poderoso vasodilatador, por lo que es uno de los mejores remedios para mejorar la circulación sanguínea. Asimismo, inhibe la sedimentación de plaquetas en las arterias, lo que hace que la sangre circule más fluidamente. La dosis habitual es de unos 120 mg de extracto al día, repartidos en tres tomas.
  • Infusión de espino. Se vierte una taza de agua hirviendo sobre 2 cucharaditas de flores de espino blanco y dejar reposar durante 25 minutos. La dosis conveniente: una taza tres veces al día.
  • Podemos usar también la Graviola o guanábana. La dosis óptima es de 500 mg, una o dos veces al día.

Conclusión: la hipertensión, una batalla con varios frentes

Para finalizar, recordemos que tenemos muchos remedios naturales que nos ayudarán a reducir nuestra presión arterial, más hay que combinarlo sabiamente con un cambio en nuestros hábitos de vida. Es preciso pasar de ser completamente sedentarios a tener cierta actividad para controlar nuestro peso y promover la actividad cardiocirculatoria. ¿Qué significa esto? que además de la dieta (nutrición más naturopatía) hay que hacer ejercicios regulares suaves como caminar a paso vivo, paseos por el monte, en bicicleta, etc.
La actividad física incentivará el consumo energético y calórico de nuestro organismo, promoviendo el incremento de la secreción de determinadas hormonas que ayudan a normalizar nuestros niveles de presión arterial y a depurar nuestra sangre a través de un incremento del volumen de orina (diuresis).
A considerar también, que quienes estén sometidos a un tratamiento farmacológico nunca deben suprimir dicho tratamiento, el tratamiento natural ayuda pero no sustituye en caso de hipertensiones severas.

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